Lorena lo rechazó: —No, cuida a la señorita Serrano.
—¿Qué? —Juan se puso un poco de desconcierto.
Lorena así se dio cuenta de que realmente no lo sabía.
«Entonces, ¿quién se llevó a Estela?»
A Juan le parecía divertido, —¿Estás celosa?
Lorena no dijo nada y maldijo en su corazón, «¡En qué piensa!»
Juan le ayudó a llevar la bolsa, sonriendo, —Sólo quiero acompañarte a casa.
Lorena hizo una pausa y quería negarse cuando Elena estaba tan achispada que no pudo evitar quedarse dormida.
Suspiró, «Me temo que es demasiado tarde para llamar a un chófer. Bueno, le doy una oportunidad a Juan.»
Juan ayudó a Lorena a llevar a Elena a salir.
Anochecía, Elena tuvo suerte de estar borracha, de lo contrario se hubiera llevado un buen disgusto con aquella bofetada en la cara.
Juan condujo y tanto Lorena como Elena se sentaron atrás.
—¿Dónde vive Elena?
—Vive conmigo. —dijo Lorena.
Juan se sintió un poco molesto al oir eso. Sin embargo, no dijo nada.
Lorena apoyó a Elena y Juan solo la s