Aquella pregunta, con esa misma descripción, para Lawrence, había sido el equivalente a si enorme roca cayera por un precipicio y se partiera en mil pedazos al tocar el suelo. Sí, sabía exactamente lo que significaba.
Mas, no se sentía con fuerzas para explicárselo. Pero, sea, estaba acorralado y algo tenía que hacer para salir de aquella encerrona.Buscando algo que decir se llevó la mano cara, frotándosela con frustración ¿Por qué se le hacía tan difícil explicar algo tan simple?«¡Vamos hombre! Que no cuesta nada decir que estuviste en un manicomio… no son muchas palabras ¿Qué te cuesta? »Se dijo irónico y cruel, como siempre. Lo cierto era verdad, explicarle a Lorette solo bastaría con el uso de cuatro simples palabras:«Estuve en un manicomio…»Afirmó. Pero solo le alcanzó la fuerza para decirlo en su mente. Por el rabillo del ojo vio como Lorette lo obs