Capítulo 71— Siempre ha sido él
Narrador
Desde que la verdad se había instalado entre ellos como una grieta invisible, Seth no volvió a ser el mismo. No gritó, no reclamó, solo se alejó. Y ese silencio era lo que más lastimaba a Nebra.
En la casa, cada espacio que antes compartían ahora parecía un territorio ajeno. Desayunaban en horarios distintos, se cruzaban en los pasillos como extraños que se toleraban por cortesía, y por las noches, él se encerraba en su dormitorio con la excusa de que estaba cansado, cuando en realidad solo buscaba escapar del vértigo que le provocaba verla.
Nebra se pasaba los dedos por los labios, esos que él no había vuelto a besar, y el pecho se le apretaba con la culpa mordiéndole el alma. Se había acostumbrado a que Seth la tocara incluso sin tocarla. A su presencia envolvente, a sus comentarios filosos y su forma de hacerla sentir como si el mundo solo fuera un lugar seguro cuando estaba entre sus brazos. Pero ahora… ahora no sabía dónde estaba parada.