Capítulo 70 — Mi esposa, la amante de mi padre
Narrador
Incapaz de seguir un segundo más en la empresa que cada vez sentía se hacía más pequeña tras la visita de Federico, Seth se dirigió a su oficina para tomar sus pertenencias, y caminando a la salida, abordó su auto tan rápido como pudo.
Recorriendo la ciudad con cautela, pero con la rapidez que le permitía la ansiedad que lo carcomía, llegó al edificio en el que habitaba junto a su esposa, y bajando del vehículo una vez lo detuvo en su lugar asignado, observó el cielo, la tranquilidad de las nubes, como si ansiara esa paz más que cualquier cosa.
Con esa calma que solo era preludio de la tormenta que estaba por desatarse, Seth se dirigió al elevador con pasos tan firmes como precisos, y viendo cómo las puertas de este se cerraban, la verdad estaba por salir a la luz.
Llegando un par de segundos después a su destino, una vez las puertas se volvieron a abrir, Seth se debatió entre salir de allí o no. ¿Qué haría si todo era verdad? ¿Q