Capítulo 76: padres pecadores.

El corazón casi se me salió del pecho, pegué un brinco digno de un cobarde. Abracé el brazo de Derek con mi extremidad buena. Busqué por todas partes el causante de aquel escalofriante chillido. Y entonces lo vi, un patito de hule con un esmoquin.

Había demasiados cosas regadas por doquier. ¿Estás personas en verdad robaron un patito de hule con esmoquin? ¿Razón? Seguro que no tienen.

Derek lo pisó a propósito y el muñeco de baño emitió el mismo ruido.

Me acababa de asustar por el sonido de un pato de hule. ¡Que vergüenza!

―Tranquila, mi amor, te protegeré de cualquier patito de hule que se atreva asustarte ―Y lo pisó tan fuerte que lo reventó.

Lo decía jugando, pero sus acciones parecían las de un mafioso.

―Tú no eres normal.

―¿Seguimos? ―preguntó, manteniendo su brazo como apoyo para mí.

―Sí.

Continué caminando con extremo cuidado entre los objetos desparramados en el suelo. ¿Cuáles eran las posibilidades de encontrar una mina escondida?

A los minutos, escuché los gruñidos de Dere
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