Margot
Juls suelta un alarido de entusiasmo al escucharme que nos hace ganarnos más miradas escrutadoras, pero a ninguna de las dos nos importa. Me río con ella y le arrebato de las manos mi celular para ir de una a los mensajes directos en i*******m.
— ¡Esto va a ser tan emocionante como cazar un millonario! Lo cuál aún debes hacer por nosotras,Margy, sabes que yo lo haría pero mi religión no me lo permite.
Yo vuelvo a reír con lo que dice, ella siempre se escuda diciendo que es cristiana y su religión no le permite hacer nada de lo que a su mente se le ocurre, pero al parecer no hay problema alguno con que a mi me lleve el diablo. Lindo.
Después de unos segundo mis dedos se van moviendo solos sobre la pantalla dando forma al mensaje que podría significar mi ventaja en toda esta situación. Voy a conseguir un contrato, cueste lo que cueste.
“No sabe cuánto me ha halagado saber que puedo despertar su curiosidad. Pero como dijo Oscar Wilde, prefiero convertirme en un estímulo para su