Aquella tarde de primavera, caminando en compañía de su cachorra, por las calles de París. Él ya no tenía la esperanza de volver a sentir y amar; habían pasado nueve años, en que su amada luna había perdido la vida, a causa de aquella daga. No era extraño verlo, triste y sus ojos verdes sin vida, allí iba caminando perdido en sus pensamientos. Sin imaginarse que su vida cambiaría. Una mujer, por cierto, muy parecida a su luna, cambiará su vida llegando a sentir ese esquisto olor que su alfa ha buscado durante años. Luego de una discusión interna con sus partes animales, llega a la conclusión de que Roxanne es su "Amada luna"
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ENZO.
Nueve largos años, algunos se preguntarán ¿por qué no morí? Pues esto es simple por el amor a mi pequeña Aurora, ella fue el ancla que mantuvo mi vida estable.
Mi padre ha hablado de una segunda mate, aún dudo de eso porque en nuestro mundo no ha ocurrido, esto es una locura, ya que no puedo encontrar a alguien que ocupe el lugar de mi luna.
Nueve años en los que me convertiría en un lycan diferente, Maximus dejo de hablarme, solo se hace presente cuando cambiarme o quiere ver a nuestra cachorra, ahora mi cabello largo y abundante barba.
De mal genio y agresivo, lleno de rencor a mi mismo, y letal con todo aquel que me ofenda.
Me alejé de mi manada la cual mi padre volvió a gobernar, yo estoy en París donde tengo mi Penthouse con vista a la torre Eiffel.
Trabajo en ARM siempre es la misma rutina, ningún lycan o humano que está bajo mi cargo ha tenido descanso, trabajar y trabajar, es mi nuevo lema.
Las noches son la tortura más grande al cerrar mis ojos, veo su sonrisa, despierto esperando encontrarla dormida sobre mi pecho y su cabello rojo sobre mí, aún puedo sentir su sabor de sus labios en mi boca.
Día tras día buscando en alguien su olor que solo era para mí.
Nueve años en donde nuestra cachorra ha cumplido ocho años y es una copia igual de su madre con su cabello rojo rizado y sus ojos azules, amante de los animales.
— Papi, papi, despierta, se hace tarde.— grita mi pequeña revoltosa que entra como un tornado a mi habitación.
Lleva su pelo rojo despeinado y una pijama a juego con la mía.
— mmm, ya voy estoy un poco cansado.— mi voz suena ronca.
— despierta, quiero ir ya a ver a mis abuelos y primos.— grita saltando encima de la cama.
Hoy es día de visitar a la familia, ellos no la ven desde que tienen un año y el jueves en luna nueva es la presentación de Aurora ante los alfas, como la princesa.
— Ve a tu habitación y ponte tu ropa.—
— buscaré tu ropa.— habla mientras se baja de la cama y camina al guardarropa y se pierde en él.
* Nuestra.* gruñe un perezoso Mazlo.
* sí, es un torbellino.* Salgo de mi cama y me dirijo al baño antes de cerrar la puerta, la llamo.
-Aurora.-
— Si papi.— me contesta.
— Ahora que termina, ve y date una ducha, te espero en el comedor.—
— Claro, ya voy, te dejo la ropa en la cama y recuerda hacer la cama antes de salir.— responde y me adentro al baño.
* es una mandona.* Ronronea Mazlo.
Me despojo de mi pijama, teniendo un gran problema que es matutino, cepillo mis dientes y hago mis necesidades, al terminar meto bajo la ducha y el problema sigue hay.
Durante estos años no he tenido ninguna hembra en mi cama, solo somos mi mano y yo.
Al terminar con mis asuntos salgo encontrando un jeans color azul claro y una camisa de color blanco con salpicaduras en color verde. Termino de vestirme y organizo mi habitación, salgo y llego a la cocina donde espera una lycan.
— Buenos días, príncipe, ¿Qué quiere desayunar?— pregunta.
— Buenos días Agnés, por favor huevo con tocino, tostadas y un jugo de naranja, un poco de fruta para la princesa.— Agnés es la esposa del Alfonso, él es centinela que cuida de nuestra seguridad.
Ella empieza a sacar los ingredientes, a los pocos minutos llega Aurora con su cabello húmedo, y un cepillo de cabello.
— ¿me recoges el cabello?— Ella se sienta en una silla de la isla de la cocina y yo peino su largo cabello, y hago una cola en él.
Al terminar el desayuno está servido.
— Nana, mi padre y yo visitaremos a nuestra manada e iremos a ver ciervos.— los ojos de mi pequeña cambian a verde y azul mostrando a su loba.
En estos años pude comprobar que su alfa y loba se hacían presentes, in voluntariamente, o dependiendo de su estado de ánimo, aunque entre ellas no pudieran comunicarse; ya que esto sucederá cuando se cumplan dieciséis.
Agnés me mirará y niega, el ciervo es mi comida favorita y mi cachorra me odiará cuando sepa eso.
— Me alegra pequeña, yo estaré ahí el jueves.— Agnés.
— ser princesas es complicado.— Ella ama su libertad.
— Aurora, algún día serás alfa y eso ocurrirá cuando tengas muchos años.— le recuerdo y ahí está su alfa de un ojo rojo y uno negro, Maximus se hace presente y le enseña sus ojos.
— Te amo pequeña.— Maximus menciona y desaparece otra vez.
— Papá Maximus yo también te amo.— Al terminar nos despedimos, salimos de nuestro Penthouse y encontramos a Alfonso que nos espera en la camioneta, nos dirigimos a una zona boscosa.
Al llegar allí, Otsana nos espera, la cual se ve un poco entusiasmada y corre a nuestro encuentro y me abraza.
Un gruñido o más bien un maúllo se escucha a mi lado, Otsana me suelta y mira a Aurora la cual está en modo alfa.
— No lo abraces.— habla su alfa y Otsana baja su cabeza.
— Disculpe princesa, es por la emoción de volverlos a ver.— Otsana.
— Papi mira un conejito.— ahí está de nuevo mi tienda cachorra.
Como les digo, su alfa aparece según su estado de ánimo.
*≈☆...☆≈ *
Estoy frente al castillo, mi pequeña está a un lado mío abrazándome, sé que ellos esperan por nosotros y no he tenido el valor de enfrentar mi pasado, uno que aún es un vivo recuerdo de que perdí a mi luna.
— Papi, esto es increíble.— Sonríe Aurora.
— Vamos pequeñas, nos esperan.—
Al entrar la vi allí sentada en las escaleras como lo hacía cuando estaba enojada y quería reclamar, cierro los ojos logrando sacar esa imagen de ella enfadada.
— Papi, vamos están en esa dirección.— Aurora sacude mi mano.
Al entrar toda la sala sigue igual, mi madre corre a nosotros y abraza a Aurora, la cual la recibe con los brazos abiertos
— Hola, abue.— Aurora.
— Estás gigante.— Sofía. Todos se acercan y abrazan a mi cachorra que y los hombres me saludan.
Luego nos invitan a sentarnos, ha nuevos integrantes en la familia, pues les cuento mis betas y mi delta Oliver encontró a sus parejas y tienen cachorros.
— Hola, soy Camille, la pareja de Izan.— Ella habla y estira la mano en mi dirección.
— Hola Camille, un gusto conocerte, disculpa por no haberme presentado antes.— Tomo su mano y la suelta rápido.
— Si, las situaciones no eran las mejores.— Camille.
Me alejo de ella el contacto físico con otro lycan no lo soporto.
— ¿Cuánto tiempo se quedarán?— pregunta mi padre, sé que él ya no quiere seguir con el cargo de alfa.
— Viajaremos el viernes en la tarde después de revisar algunas cosas.— respondo y mi padre pone su cara de pena.
— Hablaremos en privado, quiero descansar un poco.—
— Tus aposentos están listos.— Habla mi madre.
— Madre, quiero otra habitación lejos de allí.— pido, no quiero ir allí, porque les aseguro que me encerraré y no volveré a salir, aún siento su muerte como si hubiera pasado ayer donde ella murió por una daga enterrada en su corazón.
Lágrimas empañan mis ojos y mi madre sabe que aún me afecta la pérdida de mi luna.
— Ok ¿Qué te parece cerca de nuestro cuarto?— Erick.
— Está bien padre.—
— ¿Dónde está nuestra princesa?— Támara.
— Allí a su lado.—
— Ella debería vestirse con vestidos rosas.—
— No tía, yo visto igual a mi papi y papi no usa vestidos.— defiende Aurora.
Meri le habla en su oído y la cara de mi pequeña se ilumina.
— Enserió tía.— Aurora.
— Puedo ir a jugar, con mis primos.— antes de contestarle a Aurora, Malika me abraza por la espalda y un pequeño maulló se escucha haciendo que ella me suelte y baje su cabeza en forma de respeto por la alfa de mi Aurora que se hizo presente.
— ¡uf! Es igual a su madre.—
— Aurora, ya hablamos de esto.— regaño y ella sale corriendo por la puerta que da a la cocina.
— Aurora.— grito. — Malika aléjate de mi odio cualquier contacto físico con las hembras.—
— lo lamento solo quería saludar.— se disculpa.
Salgo buscando el olor de Aurora.
Me adentro al bosque, en dirección al lago sigo caminando ya unos metros está Aurora acariciando a un cervatillo, agudizó mi oído.
— Eres muy suavecito.— ríe Aurora y el cervatillo y el lamé su mano, la cual Aurora tenía en su hocico.
— Te cuento un secreto y promete no decirle a nadie.— Aurora ha confiado en mí y ahora yo estoy espiando, eso me pone mal.
— Mami regresará, mi papá no lo sabe, pero la diosa luna me dijo que no llore, porque muy pronto mi padre la traerá a vivir con nosotros, y quiero que sea pronto.— Ella se limpia las lágrimas.
— Yo la extraña, mucho.— llora y quiero abrazarla, ella era un cachorro de unas pocas horas cuando fue alejada de su madre.
Esto me trae recuerdos.
Mi luna en la mecedora hablándole un bichito.
— Hola.— saluda al percatarse que estaba parado en la puerta.
— Hola.— me acerco y beso sus labios suaves.
— míos.— gruñe Máximo.
— Cree que él me amara.— me pregunta y derrama algunas lágrimas.
— Si él te amara, como tú lo amas a él.— la abrazo.
— ¡Ella es perfecta, gracias mi amor y te ama!— susurro.
Decido salir de mi escondite y acercarme, el selvático al sentirme se aleja corriendo en dirección contraria a la mía.
— Aurora.— la llamo cuando empieza a caminar.
— No quiero hablar.— maúlla y mi alfa gruñe.
Ella es mi cachorra, pero esto no le da derecho ser grosera y si no la corrijo ahora luego ya no podre, gruño.
— Papá, lo lamento.— Sonríe.
— Hablaremos en el castillo, sube.— dejo que Maximus tome el control y Aurora mira sorprendida, ella nunca ha visto mi alfa.
Se acerca y abraza una pata.
*Vamos, mi cachorra sube.*
— Si papi, pero eres gigante.— se ríe.
Me acuesto sobre el suelo y ella se comienza a subir, tomando un puñado de pelo.
Me paro y corro a una velocidad que permita a Aurora disfrutar del momento, algunos lycan miran con curiosidad.
— Papi ellos son de nuestra manada.—
* Si ellos son integrantes.* responde y ella suelta el pelo y saluda, algunos la mira con curiosidad y otros sonríen y responde su saludo.
Al llegar me acuesto y pido que se baje y entre al castillo, pues no me gustaría que mi pequeña me viera desnudo, al verla perderse por la puerta, volvo ami forma humana y el centinela me entrega un pantalón deportivo.
Entro y escucho como mi pequeña le cuenta a los presentes sobre el hermoso alfa negro de papá.
— Papi, ¿cómo puedo transformarme? ¿Quiero intentarlo?— me pregunta y me niego.
— Ven aquí.— llama Támara.
— Tú me dirás tía.— Aurora.
— Bueno, eso no sucederá hasta tener dieciséis y allí podréis encontrar...— No dejo que ella termine porque suelta un gruñido.
— Aurora ve y cambia tu ropa.— demando.
— Si papi.— Ella camina.
Al no sentirla cerca le advierto a Támara.
— Mi hija no tendrá mate.—
— Si Ana re escucha te castigaría sin sexo, hasta que Aurora cumpliera dieciséis.— se ríe y yo gruñó.
Pues es verdad, ella lo hacia cuando se enojaba.
— Me daré un baño.— salgo de allí, derramando más y más lágrimas por recordar a ¡mi Amada luna!
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┏━━❃•°☪°•❃━━┓NarradorLas semanas pasaron, y Ana y Enzo mantuvieron una comunicación cordial, aunque distante. La manada se enteró de su separación, y muchos quisieron intervenir, intentando convencerlos de que cambiaran de opinión. Pero Ana y Enzo se mantuvieron firmes en su decisión.Ana continuó con su trabajo como luna, liderando a las hembras de la manada. Su dedicación y liderazgo fueron fundamentales para mantener la estabilidad y la armonía dentro de la manada.Enzo, por su parte, continuó como alfa, aunque su decisión prácticamente casi romper el tratado de paz entre los tres clanes más importantes había generado una gran controversia. El consejo de ancianos lo había reprendido duramente por su acción, y muchos miembros de la manada estaban preocupados por las consecuencias de su decisión.A pesar de todo, Enzo se mantuvo firme en su posición, convencido de que había tomado la decisión correcta para proteger a su manada. Pero la tensión y la incertidumbre que rodeaban su dec
╔═.❥.══════╗Enzo.La noche estaba envuelta en un manto de violencia. La piel estaba siendo arrancada de los huesos, gruñidos y feroces y el choque de cuerpos resonaba en la batalla. Frente a mí, varios lobos, sus ojos brillando con una furia primitiva, intentaban detenerme. El olor a muerte estaba muy presente, impregnando el aire con su hedor acre. Feroz, me lancé a la batalla, mis dientes afilados mordiendo el aire.Corrí tras las figuras que se alejaban a lo lejos. La mujer tropezaba a cada paso que daba, su respiración entrecortada. Él la arrastraba a través del bosque, sus brazos rodeándola.El se detiene,le entrega una daga a una mujer que toma a Ana del brazo, llevándola con ella. El alfa me mira a los ojos, su mirada desafiante, y le gruñó. Su instinto le hace bajar la mirada, su sumisión momentánea...Sigo el camino, y esa mujer le clava una daga a Ana. El grito de dolor y sorpresa de Ana resuena en mi mente, un eco que me persigue.Despierto agitado, mi corazón latiendo c
º゚✾...✾°ºEnzoElla me traicionó todos los días, me culpaba por no haber podido hacer nada para salvarla. La memoria de su sonrisa se fue desvaneciendo con el tiempo, pero el dolor de su ausencia permaneció. Mi niña, Aurora, fue la que más sufrió. Crecer sin su madre, tenía, un vacío que no podía llenar.Recuerdo los días en que Aurora me preguntaba por su madre, y yo no sabía qué decirle. Me sentía culpable por no poder protegerla, por no poder salvarla. Senti que no era digno de ser padre.Pero ahora me doy cuenta que me vio la cara de imbecil. Ana, mi pareja en quien más confiaba, sabía todo el tiempo que sería secuestrada.* ¿Por qué no lo dijo?* Se preguntó Mazlo Pensaba que mi luna era una persona honesta, que me apoyaba y me amaba. me doy cuenta que estaba mintiendo, que sabía la verdad y no me la dijo. Me dejó creer que había muerto, que me había abandonado.La rabia y la frustración me consumen. Y me preguntó ¿Cómo pudo dejar que Aurora y yo pasáramos 9 años sin ella, si
╭────•♡•────╮AnaCorrí por el bosque, mis pasos se desvanecieron en la oscuridad. Iba directo al acantilado. Me detuve al borde del acantilado, el viento movía mi pelaje con suaves caricias. Miré al horizonte y la luna brillaba con gran esplendor, bañando el paisaje en una luz plateada.Respiré hondo y Cerré los ojos, dejando que la brisa me acariciara el rostro.Los pasos de Maximus se detuvieron a una distancia prudente de mí. El miedo se notaba en sus acciones, y podía sentir su inquietud. El estaba pensando que iba a saltar aunque sería lo mejor, así acabaría con mi tormento. Pero no lo hice. Me quedo en mi lugar, observando—¿Por qué no lo hago? — me pregunté ——* No te daré la espalda, no importa lo que pase* . Respondió la diosa luna.Ella me guió a una cueva oscura y silenciosa, solo podía escuchar el sonido de las gotas de agua cayendo en la distancia. Ella se quedó de pie frente a mí.Me transformé en mi forma humana, y las lágrimas comenzaron a fluir de mis ojos. Me
✺¸.•´*¨`*•✺ ✺•*`¨*`•.¸✺Enzo.La oficina me hacía sentir atrapado en una jaula. Me recosté en mi silla, intentando concentrarme en los informes y cartas que se amontonaban en mi escritorio, pero mi mente vagaba. Quería cazar, sentir el poder y la libertad de perseguir a mi presa. Y después, quería acurrucarme con Ross y las chicas, sentir su calor y su amor.Pero no podía. Así que me levanté de mi silla y llamé a la oficina de Ross, esperando que ella pudiera ayudarme a despejar mi mente. Pero el teléfono sonó y sonó, y no hubo respuesta. Eran las 8 de la tarde, y Ross solía estar en el comedor y lista para cenar.Me dirigí al comedor, esperando encontrar a Ross y a las chicas. Pero cuando entré, solo vi a Gaia y a las gemelas sentadas a la mesa. Gaia tarareaba una canción, y las gemelas parecían estar tramando algo. Me miraron y se pusieron de pie, haciendo una reverencia.—Alfa —dijeron en forma de respeto.Odio todo este protocolo, pensé. Solo con decir "padre" sería mejor. Pero
Me disculpo por la demora en la publicación de la continuación de la historia. Sé que muchos de ustedes estaban ansiosos por saber qué sucedería después, y lamento no haber podido cumplir con sus expectativas de manera oportuna. Estoy trabajando arduamente para asegurarme de que la historia sea lo mejor posible, y aprecio su paciencia y comprensión. Espero que la espera haya valido la pena y que disfruten de la continuación de la historia. Gracias por su apoyo y por seguir leyendo.
Último capítulo