~Nunca subestimes al tiempo, la vida puede cambiar en un instante~
–Alguien, llame a una ambulancia, por favor. –gritó Alexander desesperado.
–El mismo tiempo que le va a llevar a la ambulancia llegar aquí, nos va a tomar a nosotros llegar al hospital. Vamos a llevarlo nosotros, si la vemos en el camino la paramos, por favor. –le suplicó Neyra a Alexander.
Bryan recobró el conocimiento unos segundos después. Aun así, Neyra y Alexander decidieron llevarlo para que lo revisaran. A Neyra se le partía el alma al ver a niño en una camilla en el área de emergencia del hospital. Los doctores no se explicaban que había pasado con el niño, le hicieron una serie de exámenes para asegurarse que el episodio no fuera hacer de algo grave, especialmente ahora que sabían que el niño pudo haber heredado la misma enfermedad que Neyra.
–¿Y mi pastel? –preguntó Bryan después que le explicaron lo que le había pasado.
–Se quedó en la fiesta.
–¿Y si se lo acaban?
–No, no creo y si llega a pasar eso te compra