~Lo inesperado es lo que te cambia la vida~
–Claro que la tengo y no hay disculpa ni perdón que valga ¿y sabes por qué? −preguntó a la defensiva, sin tener razón después de la respuesta que él le dio; simplemente explotó por el temor que tenia de perder a Bryan y las hormonas del embarazo.
−Me imagino lo que vas a decir, pero dímelo. –dijo resignado, sabiendo que las palabras que escucharía de Neyra iban a ser hirientes, pero ciertas. Sólo esperaba que ella pudiera desahogarse un poco. Lo que le fuera a reclamar se lo merecía por haber sido tan estúpido. Ni él mismo se perdonaba por haber herido los sentimientos de su mujer y la madre de sus hijos. Pero la amaba como a nadie y no imaginaba viviendo al lado de otra mujer que no fuera ella. Sabía que no iba a ser fácil volver a ganarse su confianza, pero confía en el corazón bondadoso de ella y anhelaba que lo perdonara y le diera una segunda oportunidad.
–Porque el día que me enteré de que estaba embarazada fue el día que tú decidiste