Se dice que esta mañana, cientos de personas se congregaron espontáneamente frente a la puerta del palacio municipal de la Ciudad de México, exigiendo furiosamente la renuncia inmediata de Adrián.
Jimena, Leona y Gaspar, entre otros, fueron arrestados y llevados a la cárcel a la espera de juicio.
Solo Ximénez, el alcalde con un solo hijo, y Sonia, quien se enteró de que su hijo había perdido la lengua y su parte inferior había sido destrozada, se sentían realmente angustiados. Sonia estaba muy preocupada por la difícil situación de su hijo, había tomado muchas pastillas para el corazón, llorando y desmayándose tristemente varias veces al día, rogando a su esposo que encontrara una manera de sacar a su hijo.
—Dime ¿Qué más sabes hacer además de llorar y desmayarte? ¡Este es el resultado de tu consentimiento sin límites hacia él! — Adrián señaló a Sonia, que estaba llorando desconsoladamente. —¡Él intentaba violar miserablemente a la hija de Enrique, la princesa del Grupo Hernández! ¡Rea