En plena noche, el alcalde Ximénez llamó a Gaspar a su estudio, con Sonia presente.
—¿Qué? ¿Cancelar el compromiso? —exclamó Sonia muy sorprendida. —Adrián, estás bromeando, ¿verdad? Ya se ha corrido la voz, todas esas esposas en la sociedad están tratando de halagarme porque Gaspar iba a casarse con la heredera de la familia Hernández. ¿Ahora me dices que todo ha terminado? Entonces ¿Cómo voy a enfrentarlas después de haber aceptado tantos favores?
—¡Papá! ¿Qué está pasando? ¿Por qué cancelar el compromiso? —preguntó muy curioso Gaspar, recordando la humillación de esa noche, sintiendo una rabia que le nublaba la mente.
Jimena dijo que esa chica era una verdadera tonta, ¿verdad? ¿Dónde está la tonta ahora? Coqueteando con otro hombre delante de su prometido, ¿cómo se atreve a hacerlo?
Esta desvergonzada y astuta mujer. Después de casarse con ella, la torturaré día tras día. ¡Noa hizo que Gaspar pasara por esta vergüenza hoy!
—¡Si sus rostros pueden asegurar mi futuro, entonces sus in