En nuestra estación de policía, este tipo de asuntos sucios de encubrimiento de hijos de personas influyentes y la complicidad entre funcionarios y empresarios no sucederían.
Aunque la voz de Noa era muy suave, su determinación transmitía un fuerte mensaje. —Señor, puedo entender lo que estás pasando. También he sufrido dificultades similares a las de tu hija.
Abrió lentamente sus ojos hinchados, irradiando una inquebrantable y completa valentía. —Haré todo lo que esté a mi alcance para ayudar a tu hija a superar esto y obtener justicia para ella.
A pesar de su miedo, mantuvo su compostura con gran firmeza.
Raúl la miró muy sorprendido. —¿Qué estás diciendo?
—Por favor, confía en mí, haré todo lo posible—dijo Noa con gran dificultad. —Soy miembro del grupo La Familia Hernández. Si no me crees, puedes verificarlo en cualquier momento con tu teléfono.
Aunque su frente estaba cubierta completamente de sudor, habló con total determinación: —Mi hermano es Alejandro, el presidente de La F