Capítulo1286
Cuando Eduardo salió de la cárcel, lo primero que hizo fue ponerse dos dientes falsos; aun así, bajo la protección de la familia García, vivía despreocupado. Incluso con la cara magullada, no le impedía organizar fiestas en la villa de la familia García, trayendo un grupo de modelos para banquetes y diversión.

Lamentablemente, lo veía, pero no lo alcanzaba. ¡El deseo está ahí, pero la pistola no sirve de nada!

El odio hizo que Eduardo tomara varias pastillas de potenciador sexual, pero terminó envenenándose, con los ojos en blanco, espuma en la boca y convulsiones, siendo llevado de urgencia al hospital para ser sometido a un lavado de estómago.

Simón, al enterarse, estaba furioso, pero también desesperado. Solo podía tragarse su enojo y encontrar una manera de tratar la disfunción eréctil de su hijo.

Con la retirada de la demanda de la familia Pérez, se consideraba afortunado. En esta coyuntura, aunque quería vengarse, tenía que esperar pacientemente y evitar problemas.

Hugo tuvo un d
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