Aarón sintió un peso en su corazón y corrió rápidamente hacia la sala de estar en la planta baja.
Julio no estaba, y él se había enterado que la problemática hija se ha escapado nuevamente para encontrarse con Alejandro y hasta se lanzó desde el edificio. El jefe estaba furioso y lleno de ira, enfurecido, se había dirigido hacia la ciudad de México acompañado por Rubén.
Pero se rumoreaba que en medio del camino, Diego y Juan los detuvieron. El cuarto de los hijos incluso había explotado los neumáticos del lujoso coche de Julio para evitar que fuera a golpear a la pareja de enamorados.
Ahora, no se sabía dónde habían llevado al viejo y cuál era la verdadera situación.
En ese momento, prácticamente solo quedaban mujeres en la casa.
—Mamá, estás delicada de salud, ve despacio—, Hugo ayudó a la exhausta señora Belén a sentarse en el sofá de la sala de estar, consolándola suavemente, —Ahora que sabemos que Aarón ha estado con la señorita Inés todo este tiempo, no tienes que preocuparte. Aar