Teófilo se acercó con elegancia a Diego y miró fríamente a Jimena. —También soy médico, sé lo confidencial que es este tipo de informe médico. Cualquier médico con un mínimo de ética profesional no revelaría esta información confidencial a nadie que no sea su paciente. Así que supongo, Jimena, que debiste sobornar al médico tratante de Clara en ese momento, ¿verdad? Si es así, debemos controlar a ese despreciable doctor también. Ambos deben ser tratados juntos, así tendremos suficientes pruebas.
Diego frunció ligeramente el ceño y asintió con convicción.
Los ojos de Teófilo, hermosos y astutos, echaron un vistazo al hombre. Al ver su aprobación, se sintió satisfecha en su interior.
—Oh, ¿quién es este guapo caballero?
—Probablemente sea el mensajero protector de Clara, ¿verdad?
Teófilo rodó los ojos con frustración en su corazón: ¿Mensajero protector? ¡Más bien protegeré mi propia cabeza!
Él no era ningún mensajero protector, más bien estaba utilizando a Clara, esa pequeña rosa, para p