Sebastián estaba a punto de decir que ella no tenía derecho a poner ningún tipo de condiciones, pero por alguna razón, al encontrarse con su mirada y su rostro, se quedó en ese momento callado y bajó la mirada ligeramente:
—Habla, dime tu propuesta.
Daniela dijo: —Puedo colaborar contigo en esta actuación, pero no puedo quedarme en casa tan solo como ama de casa, necesito también trabajar afuera.
Sebastián frunció el ceño: —Con tus pocas habilidades, ¿qué tipo de trabajo podrías hacer? ¿Recepcionista o tal vez sirvienta? No hagas pendejadas y arruines mi reputación.
Daniela apretó con fuerza los dientes.
¿Qué hacer? En serio quería golpearlo.
Se contuvo en ese instante: —Me gradué de la academia de bellas artes, ¿necesito servir té y agua?
Sebastián apenas recordó su especialidad, parecía que su desempeño académico era bastante bueno, tenía algunas obras y cierta fama.
Arqueó una ceja con seriedad: —Entonces, ve a trabajar a BitNexus, únete al departamento de arte.
—¡No lo haré! —Dan