Mi Esposo Es Un Monstruo
Mi Esposo Es Un Monstruo
Por: DaysyEscritora
01. ¡No me casaré!

—¡Te casarás con Nicolle White! Ella debe ser tu esposa, hijo —demandó

Serkan estaba sentado frente a su padre mirándolo con frialdad inyectada en sus zafiros tenebrosos, mientras este le explicaba las razones por las cuales debía casarse con Nicolle.

Una sonrisa fingida apareció en sus labios y tomó un respiro.

Odiaba demasiado estar en una situación como esa, teniendo que aceptar el hecho de que iba a enlazar su vida a una persona, algo que era demasiado lejano a su ser.

Él no era igual a los demás, de hecho existía un muro altísimo que lo separaba de lo habitual, de lo "común".

Solo dos palabras, aunque fuertes y contundentes: Trastorno Antisocial.

—Me niego a casarme con esa joven. ¡No soy un títere al que puedes manipular a tu antojo! —vociferó Serkan golpeando con fuerza la mesa.

Su padre lo miró con el ceño fruncido obviamente molesto por la actitud de su hijo.

—Deberías tener más cuidado con tus palabras Serkan. Necesitamos que te cases con Nicolle para mantener el secreto lo más seguro que podamos, no es una alianza que puedes detener. ¡Maldita sea! —y se cubrió el rostro, lleno de frustración.

Serkan sabía que su padre tenía razón pero no quería aceptarlo. Odiaba tener que compartir su vida con alguien especialmente con "Nicolle".

Su nombre voló a su cabeza: sangre, alaridos de dolor y el ruego en sus enormes ojos.

Cómo si fue ayer, lo recordaba nítido todo.

Miró a su padre, estaba serio.

Sin embargo, no se dejó intimidar y se puso en pies, sin dar su brazo a torcer.

—¿Tiene que ser de esta manera? No es el modo que sueles usar —apuntó burlón y su progenitor lo miró agobiado, entonces se aproximó a él, sacó de pronto un arma y lo apuntó —. ¿¡No te das cuenta que es imposible para mí un enlace marital!?

No, no era la primera vez que su hijo amenazaba con matarlo, y él, que también poseía un alma oscura, ni se inmutó en el acto. Solo permaneció allí, a la espera de su proceder.

—¿Estás tomando los fármacos? ¿te apegas al tratamiento? Debes aprender a controlar tus emociones Serkan. No puedes permitir que te dominen así. Además necesitas dejar de lado ese trastorno antisocial tuyo. No queremos que Nicolle sospeche de tu verdadero yo, de lo que eres y no puedes escapar —siguió diciendo su padre, con una voz fría y calculadora.

El hombre lo miró con ojos sombríos sintiéndose prisionero de eso que durante mucho lo volvió miserable.

Se sacudió de su tormentosa realidad y clavó con fiereza los ojos en su progenitor.

—¿Qué pasa con lo que yo quiero padre? ¿No tengo el derecho de tomar mis propias decisiones?

—Pero la realidad es que en este mundo no puedes tener ese derecho. Debes entender que tus decisiones afectan no sólo a ti sino también a todos los que te rodean —recalcó su padre con una expresión cansada —. Nicolle es un cabo suelto y lo sabes, ella podría recordar, ¿quieres que eso suceda?

Su hijo apretó los ojos con fuerza y terminó bajando el arma.

—¿Qué garantiza que Nicolle no recupere sus recuerdos a mi lado?

—Asegúrate de envolverla. Eres bueno rodeando a las personas como una serpiente, estoy seguro de que lograrás jugar con su cabeza, mientras ella permanezca a tu lado, no subirán a su mente los recuerdos. Haz lo que mejor sabes hacer: fingir, manipular y mentir. ¿No es eso pan comido para ti? —declaró.

Serkan suspiró pesadamente por enésima vez.

—Está bien padre. Haré lo que sea necesario para que todo esto funcione.

Los dos hombres permanecieron en silencio durante unos minutos más sumidos en el peso de sus propios pensamientos. El ambiente era tenso y oscuro como si hubiera algo más allá de lo que podían ver. Pero ninguno de los dos se atrevió a mencionarlo.

Finalmente el padre de Serkan se levantó de su silla y le dio una palmada en el hombro.

—Deberías irte. Sé que esto no es fácil para ti pero te aseguro que valdrá la pena. Ahora vete a casa. Pronto comenzaremos con los arreglos para la boda.

Serkan asintió y se puso en pies también.

Ni siquiera se despidió, se marchó en el silencio, aunque lidiaba esquivando las palabras intrusivas en su cabeza.

Caminando hacia la puerta Serkan se preguntó cómo iba a poder con todo. No quería casarse con Nicolle, pero no tenía otra opción.

Y además de eso debía cambiar su actitud para cumplir con las expectativas de todos.

***

Por otro lado, la joven también se enteró de la mala noticia.

Se le desorbitó la mirada al escucharlos.

Las malas noticias y giros inesperados en su vida no se terminaban, primero la huida de su hermana, quién escapó con su novio secreto con tal de no casarse con ese hombre.

¡Ella era la segunda opción!

—¿P-por qué mamá, papá? Pensé que encontraron la solución, que no había necesidad de llegar a esto —señaló aterrada.

Franz se apretó el tabique, mientras que su madre avanzó a ella.

—Nicolle, deja de negarte, nosotros estamos en una posición difícil —expulsó dramatizada, afectada por hallarse en aprietos económicos...

Solo eso le importaba.

Se sacudió de su agarre y miró a su padre con odio.

—¿Es lo único que significo para ustedes? Solo soy quien les devolverá estabilidad económica, ¿¡por qué me hacen esto!? —reclamó ofendida.

Renata se hizo a un lado y expiró.

—Solo cásate, Nicolle.

—Papá... —se quejó —. No quiero casarme.

—Sé inteligente —insistió Franz, calmado, acariciando los delgados hombros de su hija —. No te faltará nada, y nosotros también estaremos bien.

Ella tragó duro. Su papá siempre le dio lo que necesitaba, y por eso se sintió obligada a arreglar el caos que desató su hermana con su huida repentina.

Sin más, asintió, contrariada.

—Está bien, lo haré.

Se casaría con el hombre que todos temían, el tipo frívolo y desolado.

Serkan Metternich, parte de su pasado desintegrado y quién pisaría sus futuros días.

Pero la joven se sintió tan desesperada cuando entró a su habitación y cayó sobre sus glúteos, comenzando a llorar sin detenerse, inevitablemente estaba aterrada por lo que le esperaba.

Escuchó tantas aberraciones y sucesos terribles sobre ese hombre que le daba miedo encontrarlo frente a frente. Todo eso estaba pasando por culpa del mal manejo del dinero de parte de sus padres; no señalaría de ninguna manera a su hermana, quien solo se zafó de aquello que sus padres le estaban imponiendo.

Se dejó caer sobre la cama y solo entonces deseó con todo su ser no despertar nunca más, porque casarse con un hombre al que no amaba, era una pesadilla.

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