- Lo siento, de verdad quiero, pero no puedo… –
Me dijo mientras acomodaba su ropa, eso me dejo pasmada pensé que estábamos en la misma sintonía.
Él estaba jadiando y era claro que lo estaba disfrutando, pero al parecer no era así, solo era yo y mis sentimientos.
Esquivando mi mirada salió de la habitación, lo seguí, pero ya había salido de la casa.
No sabía lo que pasaba y mis lágrimas simplemente bajaban como torrentes por mis mejillas, mi suegra salió inmediatamente al escuchar cerrase la puerta, al verme tirada en el suelo, me abrazo y me pregunto…
- ¿Hija que paso? –
No le pude responder simplemente tenía un nudo en mi garganta, pero haciendo un esfuerzo por hablar, logré preguntarle a mi suegra.
- ¿Tan mala mujer y poco atractiva soy? –
Ella se quedó mirándome sin saber que responder, no espere y corrí a la habitación, pensé que por fin todo sería normal para nosotros, pero me equivoque, me consolé diciéndome que al menos me había besado.
Ahora sé que me desea, pude sentirlo, al