— Está bien —
— Farid, manda a llamar a todos —
— De inmediato —
En la sala de reuniones, uno a uno fue entrando, los gerentes y supervisores. Don Darío se mantuvo erguido, imponente, mientras los presentaba a Korina.
— Señora Tatiana, dígame qué ha pasado —
Tatiana tragó saliva antes de hablar — Don Darío… cuatro empleados decidieron unirse a un grupo social y planearon un ataque. Dañaron la pared y lograron saquear el casino de al lado —
— Don Ramón, ¿Por qué las cámaras no estaban enfocadas en el lugar?, ¿qué sucedió con exactitud?. Para eso necesitaron tiempo, y que nadie lo viera me parece muy extraño, no es posible —
Korina, en silencio, seguía el debate, intentando desmenuzar cada detalle.
— Resulta que uno de los empleados era el encargado de seguridad y desvió todo —Explicó Ramón, con voz temblorosa — Otro era de sistemas y alteró la información —
Don Darío cruzó las manos, su mirada fría e intensa — ¿Dónde estaba el resto del personal?, ¿Cómo es que nadie vi