Cuando le comuniqué mi decisión a Anura, vi que reaccionó de una forma muy distinta a la que había esperado que lo hiciera. No me dijo nada, solo se levantó, se acercó y yo me paré. Me abrazó.
—Sabía que eso era lo que ibas a decidir, pero me gustaría saber cuáles son tus razones —dijo después de que me hubiera soltado.
Esperé a que ella se sentara para volver a hacerlo.
—No voy a vivir sabiendo qué habría pasado…
—Si no hubiera ido al concurso —concluyó ella—. En mi vida hay algo que tengo muy claro, Esmeralda, y es que siempre prefiero arrepentirme por algo que hice, que por algo que dejé de hacer.