—¡Date prisa Leia! – apresuró Kristel con medio tono de molestia.
—Solo un momento…ya voy – dijo ella mientras se terminaba de colocar los delgados y finos aretes de plata.
—Tardaste demasiado – se quejó Kristel cuando llegó a su lado.
—No sabía que ponerme – se defendió Leia.
—Debiste usar algo de mi ropa… o pedirle a Hilary…en fin – mencionó Kristel mientras cerraba su habitación.
—Ese no es mi estilo…y lo sabes – respondió Leia con molestia.
—Bueno, entonces, pronto nos iremos de compras y encontraremos tú estilo… - advirtió la castaña divertida.
Leia solo sonrió… dudaba todavía de verse bien, se había atrevido a us