—Hey, Leia— la voz de Kristel sonó alegre al abrir la puerta de la habitación de la cobriza — Es extraño volver a hacer una visita normal luego de tanto tiempo— añadió la joven al entrar y ver a su amiga tumbada en cama y con varios cuadernos rodeándola.
La cobriza extendió una sonrisa con algo de nostalgia.
—Lo sé, ha pasado mucho – respondió.
—¿Qué haces? – le pregunto a su amiga.
—Tarea— le dijo al verla sentarse en la cama.
—Y, ¿qué tal va todo? — preguntó Kristel al tomar distraídamente uno de sus cuadernos.
—La universidad mejorando de a poco— explicó — Y lo demás… parece avanzar— dijo y su mirada se entristeció al ver su m&oacu