Mundo ficciónIniciar sesiónLa puerta seguía cerrada. Demasiado cerrada.
Para Valeria, cada segundo era una puñalada lenta. Si no estaban haciendo nada…
Si no había nada que ocultar… ¿por qué tardaban tanto?Dio un paso atrás, uno más, y antes de permitirse pensar —antes de que la voz racional pudiera frenarla— cargó contra la puerta con todo su cuerpo.
La puerta se abrió justo en ese instante.
Y lo inevitable ocurrió.
Valeria chocó de lleno







