Mundo de ficçãoIniciar sessãoValeria salió del restaurante con el café aún haciéndole efecto y una enorme falta de entusiasmo latiendo detrás de los ojos. Había ido mentalizada para un día de playa, un chapuzón en la piscina infinita, un masaje quizá… Y, sin embargo, ahí estaba: con Martha siguiéndola como una sombra elegante, carpeta en mano, lista para arrastrarla por media isla en nombre de “la expansión empresarial”.
—No puedo creerlo —refunfuñó Valeria mientras avanzaban hacia el pequeño coche eléctrico que las esperaba—. Estoy en un resort de lujo sobre el mar. Sobre el mar, Martha. Y en vez de estar nadando en agua transparente… voy a ver fábricas. Y oficinas. Y proveedores. ¡Proveedores!







