Daniela guardó silencio un momento, y luego dijo con una voz cálida y sincera:
—Fiona, eres una gran mujer. No importa qué camino elijas, de corazón te deseo felicidad.
Sonreí suavemente. Al bajar la mirada y ver mis dedos desnudos, me vino algo a la mente.
En la familia Lorde hay un anillo que pasa de generación en generación.
Cuando encontramos a nuestro compañero ideal, le entregamos ese anillo como símbolo de compromiso.
Cuando me enamoré de Diego, se lo di.
Claro que él, en ese entonces, no sabía lo que ese anillo representaba para mí y para mi linaje.
Pero desde que Julia volvió a la Manada Bosque, él lo guardó en un cajón del escritorio de su oficina.
Daniela, siempre directa, aceptó ayudarme a recuperarlo en secreto.
Apenas puso un pie en la oficina de Diego, lo encontró jugueteando con Julia, como si fueran adolescentes.
En nuestro mundo, el de los lobos, la fidelidad lo es todo.
Más aún para alguien como Daniela, que ya tiene compañero.
Ver a esos dos tan... íntimos, le revol