capitulo 4. En problemas .

POV VANESSA:

Todo paso tan rápido que no me di cuenta cuando me vendaron los ojos. Yo intentaba mantener la calma para que no me lastimaran. Perdí la noción del tiempo hasta que en un momento de repente frenaron y me bajaron a rastras en un lugar oculto y desconocido para mi.

Era una fabrica abandonada con un fuerte olor a desuso y oxidación. Por mi cabeza pasaban un sin fin de escenarios desagradables hasta que pude acomodar bien mi vista. Junto a mi había un cuerpo claramente sin vida. ¿Acaso ellos lo mataron y piensan hacer lo mismo conmigo? Pero yo ni siquiera los conozco, tampoco recuerdo haber ofendido a nadie.

Del otro lado estaba otro hombre gravemente herido en un charco de sangre  y detras de mi uno qué me apuntaba con un arma en la cabeza, de seguro un subordinado del que estaba en el piso.

El hombre al notar mi expresión con una mirada amenazante me lanza un botiquín de primeros auxilio. Su voz suena como una sentencia en ese horrible lugar.

- Sácale la bala de inmediato y si él muere tú tampoco vivirás.

Maldición ya había oído hablar de lo horrible que era la mafia en M city, pero sin dudas no espere que me sorprendiera tan pronto. Yo llegue aquí jugando una vida pacífica y la tranquilidad que tanto necesita en este momento de mi vida. Como fue que acabe aquí.

Observo todo a mi alrededor y no hay forma de escapar de seguro afuera hay más hombres armados. Mi mirada va a la persona que está tendida frente a mí y de verdad se ve muy mal herido aunque sea un mafioso sigue siendo un ser humano y en mi corazón eso basta para salvarle la vida. Al acercarme más a él puedo ver sus rasgos faciales, es muy guapo como negarlo. Tiene el ceño fruncido por el dolor que siente y aun así no le quita lo bien que se ve.

Su cabello es negro azabache con el largo perfecto, sin barba. Sus labios son carnosos y su cuerpo... ¿Porque de repente mi corazón está latiendo de esa manera mientras lo observo?

Finjo una tranquilidad que claramente no tengo y con voz firme me dirijo al bastardo qué no deja de apuntarme.

- Está bien voy a hacer mi mejor esfuerzo, pero mantente a 3 metros de distancia necesito espacio para trabajar.

Lo veo dudar por un segundo, pero de inmediato se aleja de mí aunque su mirada sigue cada uno de mis movimientos atentamente.

Organizo todo lo que necesito y luego de colocarme el barbijo y la bata tomo el hisopo para comenzar a limpiar su herida, lo que no me esperaba era que este hombre reaccionara a mi cercanía tomándome por sorpresa apretándome con fuerza el cuello acercándome lo suficiente para escuchar su gruesa voz en mi oido.

- ¿Quién eres?

Siento como mi respiración se corta y el miedo se apodera de cada rincón de mi cuerpo, pero me obligo a mantener la calma nuevamente.

- Me han traído aquí para salvarte.. Pero si te sigues moviendo de esta forma morirás por la pérdida de sangre.

Su mirada es severa, pero parece entrar en razón.

- Si intentas hacer algo sucio te haré sufrir de maneras que nunca imaginaste que se podía.

Decir que estaba intimidada por su aura era poco, pero tenía que hacer que mis manos dejaran de temblar para poder ayudarlo y así también ayudarme a mi misma a salir de esta situación tan peligrosa.

Pensé en todo lo que viví últimamente y como también todavía estaba en pie, si pude con eso obviamente podría con esto y con cualquier cosa porque ahora ya no era solo yo, ahora también tenia que ser fuerte por mi hijo.

Respiro profundo y comienzo a examinar la herida. La bala estaba a 3 centímetros por debajo del pecho, en el abdomen lateral y esta llevaba adentro más de dos horas. Sin duda era una situación crítica. Pongo en práctica toda mi experiencia profesional y logro extraerle con éxito y salvarle la vida. Jamás me sentí tan feliz por ayudar a alguien.

Levanto la cabeza aliviada mientras me seco el sudor de mi frente.

- Señor, la bala ya ha sido extraída y su vida no corre peligro. Ahora necesito que se incorpore lento para poder verdarlo.

Increíblemente este hombre sigue mis indicaciones sin decir nada, y al estar tan cerca puedo percibir el olor a tabaco, alcohol y pólvora mezclado a la perfección con su esencia varonil.

Es simplemente fascinante como todo puede formar una sola persona.

También logro notar como sus ojos no dejaban de seguir cada uno de mis movimientos hasta que su voz grave me saca de mis pensamientos inapropiados rápidamente.

- ¿Eres local? No tienes el acento característico de aquí.

Esa pregunta si me tomo por sorpresa.

- No, acabo de llegar.

- ¿De donde vienes? ¿Cuánto tiempo llevas siendo médico?

No entiendo el porqué de tantas preguntas de la nada, aunque estas parecen las típicas frases de coqueteo que suelen decir los tipos borrachos en un bar cuando salen de su boca suenan más como un interrogatorio del que no puedo escapar.

- ¿Porque le debería de responder? - Joder que acabo de decirle al jefe de la mafia local. Pero para mi sorpresa no se veía furioso, sino mas bien curioso por mi audacia.

- ¿Acaso no quieres volver a tu hogar luego de ver un lugar así? Solo responde esta última pregunta. ¿Estás casada?

Sin vacilar le respondo muy segura. - No hay ningún hombre en mi vida y tampoco tengo planes de que en el futuro lo haya.

Veo como le hace una seña de manos y el otro hombre que no ha dejado de apúntame prepara la venda. Por fin voy a poder salir de aqui.

Como si él destino estuviera en mi contra mi celular comienza a sonar y no es otro que Gael. Intento colgar desesperada, pero ese hombre en un movimiento ágil me lo arrebata de entre la manos.

*Así que Gael. - dijo mientras se dibujaba una sonrisa juguetona en su rostro frio. Sin más veo como responde la llamada.

📱 Ella está conmigo ahora así que piérdete perdedor.

La tensión se podía cortar con un cuchillo, la otro lado de la línea podía escuchar la respiración agitada de Gael y el rechinar de sus dientes.

📲 ¡Tú quien seas! No tienes derecho de seducir a mi esposa y mucho menos estar al lado de ella.

El grito de Gael cortó el silencio abrumador, quiso seguir insistiendo, pero el hombre frente a mí le cortó sin decir nada más. Luego volteo en mi dirección con esa mirada tan posesiva y dominante qué me ponía la piel de gallina como su de un depredador se tratara observando a su presa lista para ser devorada y con su voz firme y ligeramente burlona mientras se paraba para mirarme desde arriba dijo:

- ¿No que no había ningún hombre en tu vida? Nuestra pequeña doctora no está siendo honesta.

Pero quien se creía este mal agradecido, acabo de salvarle la vida y ahora se cree con derechos sobre mi. Comienzo a guardar todo sin mirarle a la cara.

- Si quieres creerlo bien y si no también. Yo ya cumplí con mi parte del trato ahora te pido que me dejes ir.

Él no me respondió simplemente se dedico a escribir su número en mi teléfono para hacar una llamada y luego entregármelo de regreso.

"Leonardo".

- Vete, pero ten en tu memoria que nos mantendremos en contacto.

Lo tome como algo sin importancia, yo no tenia la intención de mantener más contacto con esta gente. Me paro lista para ser vendada otra vez y camino sin mirar atrás, voy a tomar esto como un mal sueño que nunca pasó.

Pensé que ya no volvería a encontrarme con ese tal Leonardo, y que él también me olvidaría pronto. Pero lo que no savia era que, después de que me fui, él acariciaba cuidadosamente la herida. Y llamó a su asistente, dándole la orden de recopilar toda la información relacionada conmigo.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP