ARIA
Hoy era un día especial para mi entrenamiento. Zacarías me llevó a un bosque cercano a la zona irregular; quería que me acostumbrara a los olores que emanaban de ese territorio tan complicado. No íbamos solos, nos acompañaban varios soldados de Sombra Nocturna, ya que Seik no permitía que saliéramos sin escolta.
Era demasiado peligroso. Nunca se sabe lo que puede ocurrir en un lugar así.
Durante nuestra inspección, Zacarías me enseñó varios trucos para identificar rastros y pistas, habilidades esenciales para un rastreador. En esa zona, los olores eran intensos y confusos, una mezcla de aromas agrios y salvajes que parecían arremolinarse por todas partes. La tarea no era sencilla: debía aislar mi olfato para concentrarme en un único olor, enfocar mi sentido del olfato en un solo objetivo.
Pasamos alrededor de cuatro horas practicando diferentes técnicas de rastreo antes de que Zacarías decidiera que era momento de regresar. Mientras corríamos a toda velocidad a través del bosque