Ellos me guían fuera del hotel, nos hemos retirado bastante y veo una avioneta en el lado del monte. Joder, hay dos instructores de paracaidismo y mi corazón grita por esta perfección. Empecé a brincar como loco y mis amigos me despeinaron.
—Mierda, ¡¿es lo que creo?! —bramé con Fabi encima de mi espalda y me volteé hacia Oscar—. ¿Llegaré a mi boda desde el aire?
—¡Feliz boda, hermano! —gritó Oscar y Fabi se bajó de mi espalda—. No soy de dinero, pero entre la pandilla y con la ayuda del jefe de Fabi… —Os apuntó a cada uno— conseguimos que esto se hiciera posible —me arrojé a abrazar a mi hermano—. Te amo, hermano y quiero que seas muy feliz —mi corazón se apretó con su muestra de amor.
—¡Gracias, gracias, es el mejor regalo! —besé su mejilla y abrí los brazos a mi pandilla.
Nos fundimos en un abrazo grupal dando vueltas. Una vez calmados, veo que Brandon tiene un radio en mano y la voz chillona de su chica sale por el aire.
—Negrito, apúrense, que el padre de la novia no está muy co