«¡Medicamento para subir la presión arterial! ¡Huellas dactilares!»
Ximena, con un nudo en la garganta, preguntó con urgencia.
—¿Saben de quién son las huellas?
—Eso no lo sabemos, —el médico negó con la cabeza—. Solo la policía tiene la autoridad para obtener y comparar las huellas.
Ximena guardó t