El corazón de Ximena se detuvo por un segundo, quedándose paralizada, miles de situaciones pasaron por su cabeza en lo que pareció una eternidad, intentó mostrarse indiferente, pero sus ojos la traicionaron.
—¿Te refieres a… a que mañana tramitaremos el divorcio?
—¿No quieres?
Lisandro levantó liger