Después de saciar su apetito, Rebeca se limpió la boca y dirigió una sonrisa triunfante a Ximena: —Tienes tantas habitaciones vacías aquí. ¡Qué desperdicio!
—Ximena, tu hermano es el único familiar que tienes en este mundo. ¡Y el bebé que llevo en mi vientre es tu sobrino! —exclamó Rebeca con un ton