Lisandro, al recibir la llamada, puso cara seria y le dijo rápidamente a Andrés: —Es urgente.
Y salió precipitadamente en su coche.
Ximena salió de la cocina y vio el auto alejándose rápidamente, sintiendo un dolor repentino en su pecho.
Bajó la mirada, ocultando el dolor en sus ojos.
Andrés dio unas palmadas en el hombro de Ximena: —Lisandro tiene asuntos, no te preocupes por tonterías.
—¿Yo, preocupándome por tonterías? ¿Soy una persona tan mezquina? —Ximena le sonrió a Andrés con las cej