-¿Sucede algo?
Hanna se asomó.
-¡Oh!
Buenos días Igor, luces fatal...
-¿Se nota mucho?
-A kilómetros...
-Ya veo...
Sofía me invitó a desayunar.
¿Nos acompañas?
-Claro.
-¿Disculpa?
El invitado eres tú papá, Hanna vive en esta casa, no necesita invitación de tu parte.
-Tch...
-Ja ja ja.
No te preocupes Sofía, no me ofende.
Siéntate Igor, te serviré el desayuno.
Hanna sirvió el desayuno para los tres y comieron en completo silencio y armonía, hacía mucho que no había eso en la vida de los tres hasta que fueron a dar a Rumania juntos, por sus propias razones.
-¿Qué te parece cuidar de Alexei?
Llevas un par de horas, pero no es muy ruidoso.
-Ja ja ja.
-¡Papá!
¡Qué mal chiste!
-Es verdad que no es ruidoso, no es complicado cuidarlo, aunque es algo grande y pesado, Sofía me ayuda a sostenerlo mientras yo lo aseo y viceversa, en realidad me parece entretenido.
Igor levantó las cejas, Hanna no se había quejado desde que pidió quedarse con él, no era la Hanna que había investigado.
-Si que ha