-No, no lo creo. Lo soy y no es sólo porque me haya follado un par de veces como dices, sino porque soy la esposa de Michael y todo lo que ves aquí incluido el suelo que estás pisando me pertenece. ¡Así que me respetas!

-¿Qué demonios? ¿Michael? ¿Qué está diciendo esta mujer?

Ashley miró incrédula a Michael, este pasó de mirar a Sofía con admiración a mirar a Ashley con frialdad, ya había estado demasiado tiempo en silencio, la sorpresa se había disipado y había sido sustituida por la cordura y el orgullo.

-Es cierto. Todo lo que Sofía dice es cierto. Lo que Justin dijo en la fiesta también lo es. Sofía es mi esposa y es la dueña y señora de esta casa incluyendo el piso sobre el que estás parada.

-¡No! ¡No es cierto! ¡No puede ser!

-Lo es.

La mirada implacable, la dureza de sus palabras con ese tono frío, Michael no mentía. Ashley sintió que se desmayaba, pero si fingía o no Sofía no iba a dejar que un desmayo la mantuviera más tiempo en la mansión, tal vez Ashley sólo fingía no sabe