Después de la partida de Michael, Alicia permaneció en la empresa.
Mientras Alicia planeaba como encontrarse casualmente con Nathan por la noche, el abogado regresaba sudoroso de su jornada de investigación, detestaba sudar, pero había caminado demasiado y el día había estado muy soleado por la mañana y caluroso por la tarde. Entró rápidamente a su oficina y llamó a Alicia por el intercomunicador.
-Alicia, ven a mi oficina ya.
-Sí señor.
(Alicia: ¿Por qué me habla así? ¿Qué le habrá picado?)
Al entrar en la oficina vio a Nathan buscando algo como desesperado.
-¿Se le perdió algo señor?
-Si. Se supone que tengo ropa en mi armario en la sala anexa de descanso dispuesta para mí, pero no encuentro nada, de casualidad sabes quién la movió, necesito ducharme y sin ropa limpia me es imposible.
-No señor, si usted no la ha movido debería estar ahí, nadie toca sus cosas.
-Pues es evidente que alguien lo hizo Alicia, porque mi ropa no está.
-Echaré un vistazo, si no, tendrá que esperar o irse