Después de las bromas de Maximiliano y sus celos sin sentido, logro que él camine hacia la puerta para poder marcharse hacia su trabajo que ahora más que nunca puede dejar solo, cuando hay tantas amenazas que solo podrían complicarlo todo.
— Me resulta tan innecesario marcharme cuando aquí puedo divertirme un poco.— A dónde vas también te vas a divertir. Serás como mi héroe que elimina a los malos. — digo sonriente y Maximiliano me observa complacido.— Tienes razón, debo proteger a mi esposa.— No solo a mí, también a tu padre. — digo con seriedad.— Sí, tienes razón. Mi familia está compuesta por mi padre y por ti. Por eso, los he traído a un lugar seguro para ambos y así no me preocupo tanto. — dice Maximiliano con firmeza.Sonrío porque al menos esta vez ha incluido a su padre