¿Dije que me iba a dormir y levantarme fresca como lechuga para ir a trabajar? Bueno, no dormí un carajo. Toda la noche dando vueltas, llorando, pataleando, gritando en la almohada. ¡Tantas cosas que tendría que haberle dicho en su linda y estúpida cara! ¿Quién se cree que es para jugar así con mis sentimientos?
Por un momento creí que realmente había defendido mi honor, y solo fue para su conveniencia. Ahora estoy otra vez en el principio, trabajando para pagar una deuda.
Me pegué una ducha rápida y me puse mi falda color negro y mi camisa blanca con el logo del bar. Até mi pelo en una coleta y dejé mi cara al natural. Me miré en el espejo del baño.
-Lily tenía razón, soy nuevamente una plebeya-
La imagen de la joven princesa misteriosa se había esfumado con el nuevo día, ahora era una mesera que friega pisos.
Salí del cuarto apresurada, no iba a detenerme a desayunar, no podía perder el tiempo, tomaría algo entre cada paso por el mostrador del bar.
-Carla…- Escuché decir a