Carla había perdonado el error de Nicolás, aun así, sentía que la molestia permanecía en ella.
-No soporto las escenas de celos- dijo reclinando su silla hacia atrás y mirando el techo blanco de su oficina. Con Pablo había tenido de sobra de esas escenas.
-Ay Carlita- exclamó su amigo que estaba en el escritorio al lado del suyo- Yo hubiese reaccionado igual si viera a mi novio con otro chico riéndose a carcajadas sin mí. Y yo sé que vos también
-Puede ser…- respondió pensativa. No negaba que a ella también le hubiese molestado si veía a Nicolás reír con una mujer hermosa, pero no era este el caso.
-Ya se disculpó amiga, estoy seguro que en este momento se está odiando a sí mismo por ser tan tonto- Carla no respondió siguió mirando el techo. El joven puso los ojos en blanco y se sentó sobre el escritorio de la chica- Sé que su inseguridad se debe a que sos una gran mujer. Mira lo que voy a decir…- Carla miró hacia él con curiosidad- Si no fuera porque me gustan los hombres, como tu