La luna de miel acababa de finalizar, al menos en el frío destino. El padre de Marcus les había obsequiado anónimamente esa experiencia que su hijo amaría y luego los padres de Scarlett les darían un nuevo destino que fuera cálido para que pudieran disfrutar unos días rodeados de sol, playa y aguas templadas cristalinas.
El matrimonio fue notificado y empacó con desconcierto creyendo que allí acabaría su viaje. Un fotógrafo que estaba esperando para seguir retratando a la pareja desde la distancia los vió salir abrazados. Marcus después acomodaba el grueso gorro que protegía del frío a su esposa y le daba un beso en los labios. Las imágenes eran perfectas y mostraban una pareja enamorada.
Cuando abordaron el avión privado lo hicieron sin tener conocimiento de dónde se dirigían. Ellos compartían cómplices sonrisas y miradas que decían demasiadas cosas, muchas de ellas silenciosamente expresaban el deseo que sentían.
Antes de bajar del avión les dieron ropa porque no estaban vestidos