Les había costado separarse tras aquel momento íntimo que habían compartido. Evan, con un esfuerzo sobrehumano, se levantó de la cama, luchando contra el deseo de quedarse allí junto a Hayley, besándola y disfrutando de su cercanía. Sin embargo, la responsabilidad lo llamaba. Debía prepararse y dirigirse a la empresa para terminar el proyecto en el que había estado trabajando con tanto esmero. Después de enfrentarse a varias dificultades, al final había logrado convencer a Alexander Hughes del diseño para el hotel, y ahora se proyectaban resultados prometedores.
Al bajar a la cocina, el aroma del café recién hecho lo recibió como cada mañana. Nohelia, siempre puntual y diligente, ya había preparado el desayuno. Evan le dedicó una sonrisa agradecida al recibir su taza habitual de café sin azúcar. Se acomodó en la mesa, aguardando pacientemente a Hayley, quien no tardó en bajar. Esa mañana, ella se había esmerado más de lo usual. Había elegido una de las prendas que él l