Minutos más tarde, después de llevar a su madre a casa, Evan se dirigió hacia su residencia junto a Hayley. La incomodidad y la tensión entre ambos eran palpables, intensificándose apenas se encontraron a solas en el auto. Pero Hayley rompió el silencio para aligerar el denso ambiente.
—He dejado el local —anunció la joven, sorprendiendo a Evan con su revelación. Aunque tal vez no le interesara en lo más mínimo, sentía la necesidad de compartir con alguien aquella inesperada noticia.
Evan no esperaba que Hayley le hablara de eso, pero se sintió complacido al escucharla discutir sobre la editorial como si ya hubiera tomado una decisión. Reprimió la sonrisa triunfal que amenazaba con asomarse a sus labios. En su lugar, adoptó una expresión de indiferencia, aunque sus ojos delataban la curiosidad que sentía.
—¿Ah, sí? ¿y puedo saber por qué? Hasta hace días parecía que disfrutabas estando en aquel local —preguntó, fingiendo ignorar el asunto. Ella encogió un hombro.
—Jade me sugirió un l