Annabelle:
Dos días después..
En dos días había salido del hospital de la manada, me llevaron a una enorme casa, supongo que era la del Alfa Ilian, la verdad me gusta estar aquí.
—Belle ¿crees que seamos la mate de los Alphas? —preguntó mi coneja Violett.
—No lo se Violett, lo supiera si pudiera olerlos —dije con tristeza— pero siento la necesidad de estar cerca de ellos, ya ves que el Alfa Viktor se fue a su manada, yo creo que no quiere estar conmigo, porque soy una coneja.
—No estés triste Belle, si ellos no te quieren, tenemos la opción de irnos de aquí, no soportaría más rechazos —había tristeza en cada palabra.
A ella mas que nadie le duele el rechazo, ambas hemos sufrido por años de eso.
—Belle —era el Alfa Ilian.
Este enorme Alfa hacia alborotarme las hormonas, tengo que controlarme.
—Alfa Ilian —sonreí leve.
—Me gusta que me llames por mi nombre, no me llames Alfa por favor—sonrió.
Su sonrisa me encanta. Es todo un caballero conmigo, tanto que parece irreal.
—Ya arreglaron una habitación para ti ¿vamos?
—Espera.. ¿no dormiré contigo? —me sonroje al preguntarle, creo que no debí hacerlo.
—¿Eso quieres? Creí que teniendo una habitación propia estarías más cómoda. —Frunció levemente el ceño.
—Yo quiero estar cerca de ti Ilian —me acerqué a el.
—Yo igual, no sabes cuanto deseo tu compañía —me tomó de la cintura y me acercó a el.
Tuve que controlar mis feromonas, no puedo estar soltándolas por ahí, eso me ha traído problemas. Su enorme mano acariciaba mi espalda, eso desató algo en mi que no había sentido.
—¿Qué es eso? —sonrió aun más— ¿es tu colita?
¡No! Mi colita había salido, detesto que Violett no pueda controlarse.
—Violett ¿Qué haces? —susurré.
—Lo siento Belle, necesito que me toque el enorme Alfa.. Solo un poco.
—Si.. es mi colita, lo siento, a veces no puedo controlar a Violett.
—¿Así se llama tu coneja? —asentí— no me molesta que tu colita salga, solo procura que estemos los dos solos —olfateo mi cuello— hueles delicioso.
—Ilian —me salió en un gemido.
—Joder —gruño.
Me cargó en sus brazos y me llevó hasta la habitación de el, cuando entramos el cerró la puerta de forma brusca y me embistió contra la pared, sus labios besaron los míos, eran tan suaves y apetecibles.
—Me estas matando Belle —besó mi cuello—, necesito detenerme, no puedo hacerte mía aún.
Sus besos pararon, me bajo con sumo cuidado, lentamente se separó de mi dejándome con una tristeza enorme.
¿Será que no le gusto?
¿No me quiere marcar?
Me aleje de el llorando, odio ser tan sensible y tonta.
—Belle ¿Por qué lloras? —me volteó— no llores Luna mía, no me gusta verte así, perdóname.
—¿No me quieres marcar?
—¿Estas así por eso? —desvié la mirada— no es que no quiera marcarte, antes de eso debemos completar la unión de las manadas, la unión frente a la Diosa Luna, cuando eso suceda, voy a marcarte —pegó su frente con la mía— no hay nada más importante para mi que cuidarte y quererte, se Viktor piensa de la misma forma.
—Lo siento, es que... he recibido tanto rechazo a lo largo de mi vida, que el más mínimo acto de afecto que muestren hacia mi significa mucho, no quiero que me vuelvan a rechazar por que soy omega o una coneja —cerré los ojos.
—Que seas Omega y coneja es lo que menos me importa, me importa que estas conmigo, la Diosa Luna te envió hacia nosotros para poder protegerte y amarte.. —limpió mis lágrimas.
—No me vayan a abandonar como lo hicieron mis padres, por favor.. Ya estoy cansada de estar sola.
—Claro que no lo estarás —me sonrió— ahora descansa un poco ¿si? debo irme, Viktor vendrá a cenar y se quedará aquí.
—¿En serio? —pregunté emocionada.
El rió leve —Si Belle, hoy cenaremos todos juntos —me dió un casto beso en los labios— mandare a que te traigan la ropa para que te cambies para la cena.
—Esta bien —sonreí.
El salió de la habitación, yo solo me recosté sobre su enorme cama, me acurruque en sus sábanas, todas tenían su olor, lo aspire hasta quedarme dormida.
(...)
Desperté debido al hambre que tenía, me fije por la ventana y me di cuenta que ya era de noche, encendí las luces de la habitación, sobre la cama había un lindo vestido color rosa con flores.
—Esta muy bonito —lo toqué con cuidado.
Rápidamente entré al baño, este era enorme, así como mi Alfa, me desnude rápidamente y me duché, use sus cosas ya que no había nada que yo pudiera usar.
Al salir me coloque la ropa interior y el vestido, también habían unas zapatillas de color rosa, me dejé el cabello suelto, ya lista baje al comedor, supe donde era ya que mi audición me lo permitía, eso evitaba que me perdiera en algunos lugares, al llegar al comedor estaban todos ya sentados, se percataron de mi presencia y se levantaron.
—Que hermosa estas Belle —Viktor me sonrió.
El me va a matar con esa sonrisa.
—Viktor —llegué hasta el y lo abracé.
Huele delicioso, odio tanto no olerlo como mate.
—Ven —me tomó de la mano — voy a presentarte a mi Beta y su mate.
Solo asentí, llegamos hasta ellos, me coloqué en el medio de ambos Alphas.
—El es mi Beta Jhon y su mate Liam —señaló a los hombres frente a mi.
Su beta era un hombre bastante apuesto, de músculos definidos, se veía muy imponente, su mate era un chico precioso, tenía el cabello blanco.
—Por fin pude conocerla Luna —El beta Jhon besó el dorso de mi mano.
—Eres hermosa Luna —Liam me abrazó—, que gusto por fin tenerte con nosotros.
—Gracias, un gusto en conocerlos —les sonreí.
Todos nos sentamos en el comedor, Ilian estaba a la cabecera de la mesa, Yo a su lado y Viktor estaba al mío, en la mesa estaba el beta Mike y su mate Ivana.
—¿Cómo está tu herida? —preguntó Viktor.
—Ya esta mejor, ya no me duele —le sonreí.
—Me alegro, Ilian, ya hablé con mi manada, todos están felices de saber que ambas manadas se unirán, están ansiosos por conocer a la futura Luna —me sonrió.
—Yo haré el anuncio mañana —todos asintieron.
¿Y yo? Pues yo estaba nerviosa, no se que es lo que debe hacer una Luna en la manada, no se si lo vaya a hacer bien puesto que de donde vengo, yo no era nadie.
—¿Qué pasa Belle? Te noto nerviosa.. —Ilian tomó mi mano.
—Pues.. yo.. yo no se como ser.. Luna ¿y si lo hago mal? —mi voz salió con miedo.
—Tranquila conejita —Viktor me dió un beso en la frente— lo harás bien, cuando se terminen de unir las manadas, todos te vamos a enseñar como ser una buena Luna, confío en que lo harás bien.
—Esta bien.
—Luna ¿desea tener cachorros algún día? —preguntó Ivana, vi como rió, creo que fue directa.
—Si, quiero tres cachorros —sonreí emocionada.
Viktor e Ilian se estaban ahogando con sus bebidas, creo que la directa fui yo.
—Diosa ¿están bien? —me acerque a Ilian.
—Si.. estoy bien —estaba tosiendo.
—¿En serio quieres tres cachorros? —Viktor seguía tosiendo— ¿No crees que es demasiado?
—Si ¿es malo?
—No, para nada conejita —me sonrió.
Seguimos hablando por más horas, hasta que el Beta Jhon se fue junto a su pareja, al igual que Mike, yo empecé a recoger la mesa.
—¿Qué haces Belle? —Ilian llegó hasta mi.
—Recogiendo la mesa.
—No lo hagas, para eso tengo empleados, eres la Luna, no debes hacer eso..
—Solo son platos Ilian, no me cuesta nada recogerlo, además de que tus empleados trabajan todo el día haciendo aquí y allá, yo se lo que es estar cansado a estas horas —recogí los platos.
—Entonces déjame ayudarte —me quitó los platos.
Lo seguí hasta la cocina, el dejó los platos sobre el lavaplatos y yo me dispuse a fregarlos.
—Dime Belle ¿Dónde vivías en tu antigua manada? —me preguntó.
—En una madriguera hecha por mi, ya que mi rango de Omega no me permitía tener una casita o una habitación —no lo miré.
—O sea que, vivías en esa madriguera transformada en coneja —asentí.
—¿Cómo los tratan en tu manada?
—El Alfa es un hombre muy cruel, los omegas somos esclavos con un sueldo muy bajo, a penas podíamos comer, sobrevivir y esas cosas —me voltee a verlo—, el es un hombre muy fuerte y temido, nadie se ha atrevido a desafiarlo o abandonar la manada, por eso nadie sale de ese lugar.
—¿Y cómo escapaste? —preguntó Viktor, me asusto al escuchar su tono de voz.
—No quiero hablar de eso —baje la cabeza— por favor.
Viktor se acercó a mi, con su enorme mano tomó mi mentón y me hizo verlo.
—En algún momento nos vas a contar que fue lo que pasó, no me hagas adivinar, no soy un hombre con mucha paciencia, si alguien te lastimó, le cortaré las manos —el apretaba su mandíbula.
—¿Se puede ser tan sexy? —Violett gemía.
—Silencio Violett —hablé en un hilo de voz.
—¿Quién es Violett? —me preguntó.
No puede ser, lo dije en voz alta..
—Violett es el nombre de su coneja —Ilian sonreía.
No sonrías así Ilian..
—Entonces la conejita se llama Violett —Viktor sonreía cerca de mi rostro— es tan exquisito como tu.
Voy a mojar mis bragas si siguen así.
Diosa Luna ayúdame..