Mundo ficciónIniciar sesiónSeis meses habían pasado desde aquella noche en el club Neon Ruso. Seis meses de paz relativa que, Valeria estaba aprendiendo, era lo más cercano a la normalidad que una familia Volkov podía esperar.
La casa nueva—la tercera desde que se casaron—era más grande que las anteriores. Una mansión en las afueras de la ciudad con seguridad discreta pero omnipresente. Dmitri tenía su propia habitación decorada con murales de animales del bosque, y cada mañana cuando Valeria lo despertaba, su risa llenaba el espacio con una alegría que parecía imposible después de todo lo que habían sobrevivido.
Diez meses. Su hijo tenía diez meses y ya intentaba dar sus primeros pasos tambaleantes, aferrándose a los muebles con determinación feroz. Los ojos grises de su padre, el cabello oscuro de ambos, y una personalidad que prometía ser tan testaruda como sus padres.
Valeria estaba en el jardín observándolo jugar cuando Marina apareció con una bandeja de té.
—El señor Volkov l







