La Calma Desarmada de Ethan era un arma forjada en la soledad, pero un arma destinada a un propósito superior a la mera supervivencia: la protección desinteresada, habiendo roto con el concepto de linaje y utilidad condicional, solo le quedaba el Amor Elegido, el cual, a diferencia de cualquier lazo forjado por el Destino o la Ambición, era una ofrenda de libertad.
Ethan encontró a Lía años después de haber abandonado el Cónclave del Cobre, en los límites de los territorios de la manada de Valle de Escarcha, ella no estaba rota, pero estaba visiblemente marcada, había pasado la humillación del rechazo de Aiden y vivía como una Beta funcional en la periferia de su propio clan, una existencia de sometimiento y dolor latente.
El primer encuentro no fue romántico; fue una observación silenciosa, Ethan, siempre en los márgenes, la observaba entrenar sola, su rabia convertida en una danza brutal y silenciosa, ella no buscaba a su Alfa; buscaba canalizar la energía Beta que la había traicion