A.J.
— ¡Maldición! –Golpeo con fuerza la mesa –. Tengo que huir, todas las cuentas a mi nombre están bloqueadas, eso me dice una sola cosa – ¡Bestia maldita! Debiste quedarte en tu agujero.
Ahora debo esconderme como una vil rata, solo por si acaso. La idiota de Karla nunca se dio cuenta de los papeles que le di a firmar, en todo caso ella es la única que quedara como culpable de los desfalcos y las cuentas en Las Canarias y Anguila están a su nombre, lo malo es que son las cuentas que tienen la mayor cantidad de dinero ahora estoy sin un solo dólar, necesito ayuda, pero debe ser alguien a quien Bastián no fastidie o que no sospeche que puede ayudarme, a mi mente solo viene un solo nombre que sé que la maldita Bestia no se atreverá a acercarse.
— Teressa…
Bastián. -
Veo los documentos que me muestra mi asistente y respiro molesto, sabía que mi madre ocultaba algo lo noté la última vez que la vi, pero esto, es su firma claro que lo es, la conozco.
— Lo lamento mucho jefe, pero… los r