A.J
— ¡No puedo creer lo que me hizo el imbécil de tu hijo! Tú me dijiste que él no volvería a salir de su madriguera –La furia sobrepasaba mis limites tenía ganas de asesinar a alguien, fui humillado por un remedo de hombre.
— Yo no sé qué lo hizo salir, él estaba empeñado en no volver, además fuiste tú quien cometió el error de no leer el poder, sabías como era Bastián fue entrenado por su padre –Me acerqué a ella alzando mi brazo a punto de abofetearla, pero en el último instante me arrepentí, mi cuñada era la única aliada que tenía dentro de la empresa –. A mí también me afecta que Bastián apareciera, me gritó en la cara que él y su hermana son los únicos herederos de tu hermano.
— ¿Es posible que Bastián sepa? –El miedo se vio reflejado en el rostro de ambos, ella negó con insistencia bebiendo un sorbo grande de la copa de vino que tenía en las manos.
— No, imposible, dejó muy claro porque me odia, él escuchó la conversación que tuvimos cuando yo lo llamé bestia es todo,