Bastián.-
Observaba desde la ventana de mi habitación como la noche oscurecía la ciudad, a lo lejos podía ver las enormes luces que provenían del lugar donde se realizaría la gala del certamen y en tres horas mi vida cambiaría por completo, aparecería de nuevo al lado de la posible ganadora del concurso más importante de la ciudad.
Si Elizabeth gana, de lo cual no tengo ninguna duda, será el centro de atención por todo un año, será la encargada de ser la imagen de mi compañía y de otras marcas exclusivas, estará en el ojo del huracán y yo como su esposo de igual manera.
¿Estoy preparado para eso? Es la pregunta que mi mente se repite cada vez y a la cual no tengo respuesta. La ansiedad se arremolina en todo el centro de mi estómago, pienso que es una locura lo que hago, pero para este punto no creo que pueda separarme de ella de solo pensarlo todo mi cuerpo se entremece.
— Ya es hora Bastián, no hay marcha atrás – el pulgoso, que ahora se llama Zeus me observa. Es una locura, pe