Mansión Sullivan. -
— ¿En qué mierda estabas pensando cuando decidiste arruinar el vestido de tu hermana? ¡Teressa, por dios! –grita una encolerizada Tatiana tomando de los brazos a su hija Teressa.
— Basta mujer. Deja que hable. Teressa, tu madre tiene razón. Ahora, estamos en el ojo del huracán y en parte por tu culpa –su padre la recrimina.
En su mente Teressa no está conforme y su cerebro le dice que es hora de que se ponga como la víctima en esta situación.
— No puedo creer que ustedes piensen que yo pude haber hecho algo así –Toma aire antes de botar la primera lágrima. –Sé que Elizabeth y yo no hemos tenido una buena relación, tal vez ha sido mi culpa, siempre pensé que llegó para quitarme el amor de ustedes, pero nunca, jamás haría algo como eso de lo que ustedes me acusan y en vez de estar aquí reclamándome ¿Por qué no lo hacen con ella? Está casada con el hombre del que siempre estuve enamorada, es ella la que busca quitarme todo lo que he querido, pero si quieren pensar es