Elizabeth.-
Por el espejo observo los retazos del hermoso vestido que mi mejor amigo había diseñado para mí, pero me sorprendió que le dijera a Bella que ese no sería el que usaría que tenía el verdadero. Lo que más me deja atónita es que alguien se haya atrevido a hacer algo así, aunque después de anoche no era vista con buenos ojos.
Y pensar que si gano, debo anunciar mi matrimonio con Bastián Walker…
Acaricio a Zeus, mirando por el espejo a la estilista que me está peinando en silencio, siendo vigilada por Bella que parecía un halcón, hasta ahora no la había visto tan enojada.
— Espero que tú no hayas tenido nada que ver en esto, porque de ser así más te vale que te hayan pagado muy bien por hacerlo, después de esta noche es lo único que recibirás como pago.
— Yo no tuve nada que ver, señorita Bella se lo juro por lo más sagrado que es mi hija –Bella y yo cruzamos miradas.
— No solo no debiste hacerlo por no perder el empleo –La mujer me miró. –, sino por tener la segurida