Cap. 50: Teo está conmigo, él me cuida.
Lejos de los oídos de los niños, uno de los secuestradores marcó con manos temblorosas. El otro miraba hacia la puerta entreabierta, como si esperara que algo, o alguien saliera de las sombras.
—Tenemos a los niños —dijo apenas el tono fue respondido del otro lado—. ¿Qué hacemos con ellos?
La voz que respondió al otro lado del teléfono fue un rugido:
—¡Par de imbéciles! —bramó el jefe—. ¡Les dije claramente que trajeran al hijo de Lisandro Elizalde! ¡No a cualquier mocoso que se cruzaran!
Hubo un silencio espeso.
—¿Y saben quién demonios es esa niña?
—No… señor…
—¡Es sobrina de la capitana Blair Vanderbilt! —escupió con rabia—. ¡La jefa de la agencia especial! ¡Esa mujer debe estar ya pisándoles los talones!
El hombre palideció.
—¿Qué… qué hacemos?
—Dejen a la niña. ¡Déjenla ahí! Y llévense al niño al lugar acordado. ¡Ahora!
—Sí, señor —respondió con voz apagada. Colgó.
Ambos hombres intercambiaron una mirada nerviosa.
—Vamos por el chico —ordenó el mayor.
Regresaron al cuarto y abrie